Por Hugo Oquendo-Torres
Del 05 al 08 de Agosto del año en curso, se llevó a cabo (en el municipio de San Leopoldo del estado Río Grande del Sur, Brasil), el IV Congreso de Género y Religión en la Escuela Superior de Teología EST, en el que participaron más de 350 personas provenientes de diferentes países de Latinoamérica y el Caribe. Dicho congreso tuvo como tópicos de reflexión: historia, salud y derechos; y se presentó bajo la modalidad de mesas temáticas (MTs) y grupos de trabajo (GTs), de los cuales se conformaron 13 GTs. Las temáticas abordadas fueron diversas y en su mayoría tuvieron como eje: las mujeres en diálogo con la salud y el poder en la Biblia, la teología feminista en América Latina y el Caribe, el ecumenismo, la laicicidad, derechos sexuales y reproductivos, el diálogo interreligioso, religión, género y diversidad sexual. La caminata, a caminhada, ha sido iniciada décadas atrás y ahora vemos florecer con gozo las flores de abril. Cientos de mujeres, como asimismo cientos de lesbianas, gay, transexuales, bisexuales, intersexuales y queer, con nombre e historia concreta han sido los vasos comunicantes de un nuevo tiempo. Este kairos ha implicado nuevos desafíos para la teología en el contexto de Latinoamérica y el Caribe; así como para las pastorales que procuran acompañar de manera responsiva a las personas que habitan las periferias de la historia. De igual forma, dentro de tales periferias están las del cuerpo y las demarcaciones de la piel, la cual está tejida por diversos colores y orientaciones sexuales. De modo puntual, es importante precisar que para la Teología Queer o Teología Indecente, que poco a poco comienza a gestarse en los contextos de Latinoamérica y el Caribe, el encuentro también ha generado varios desafíos, entre ellos: el de construir de manera conjunta espacios de visibilización; así como de articularse con los diferentes movimientos sociales, eclesiales y pro-eclesiales, pretendiendo con esto la unidad en la diversidad. Sin embargo, es hora de que la teología queer en el continente proponga nuevos desvíos para los caminos pre-establecidos, ya que cuando se establecen las rutas, la noción de lo diverso corre el riesgo de ser domesticado. Al retomar los desafíos para la teología y las pastorales en el continente, es preciso afirmar que para la teología implica entrar en diálogo con las nuevas corrientes del pensamiento y de las artes, ya que las fronteras del conocimiento y la construcción de las verdades han sido desbordadas. Pues hoy es inadmisible plantear una noción del ser y su realidad sólo desde una óptica del pensamiento, puesto que el ser es complejo. Y en lo concerniente a las pastorales, deben ser más abiertas a la inclusión y a la afirmación de personas que expresan una orientación o identidad sexual diversa. Y para ello es vital la creación de espacios de afirmación y la construcción de nuevas prácticas de relacionamiento. Puesto que, la homosexualidad no es pecado ni una enfermedad. Y en lo raro, lo queer, también se nos revela el Dios de la vida.
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Coordinadorxs: Geraldina Alvarez y Hugo OquendoLas contribuciones de este blog son escritas por integrantes y por aliadxs de la Red de Teologías y Pastorales Queer. Archives
June 2016
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